Los jugadores del Monstruo de Colores colaboran para ayudar al Monstruo a descubrir sus emociones. Por turnos, tiran el dado que les permite mover al Monstruo por el tablero. Cuando el Monstruo va a un espacio con una ficha de emoción, el jugador puede recogerlo y buscar el frasco correcto. Los frascos se colocan en estantes con sus colores ocultos. Si el jugador elige el frasco que coincide con el color de la emoción, puede colocar la ficha de emoción en el frasco. De lo contrario, el frasco vuelve al estante como estaba. Para recoger una ficha de emoción, los jugadores tienen que explicar un recuerdo o una situación en la que sienten la emoción que están recogiendo (felicidad, tristeza, ira, miedo o calma). Los jugadores pueden perder el juego si el Monstruo se confunde demasiado y voltean demasiados frascos de emociones mixtas, o ganan el juego cuando las emociones se colocan en sus frascos correctos.